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La participación de Venezuela en competencias científicas internacionales está viviendo un resurgimiento, y gran parte de ese impulso proviene del talento joven que emerge desde las universidades del país. Entre esas figuras destaca Ashley Brazón, una estudiante de 17 años de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), quien se prepara para representar a Venezuela en la final de la Olimpiada Mundial de Robótica (WRO) que tendrá lugar en Singapur del 26 al 28 de noviembre. Su presencia en la competencia ya es un logro histórico: Ashley es la primera estudiante ucabista en alcanzar esta fase y una de las pocas mujeres venezolanas que ha figurado en este prestigioso certamen global.
Su equipo, denominado “Robotics Team All 4 One”, está conformado por cuatro jóvenes provenientes del estado Anzoátegui. Tras una destacada participación en el campeonato nacional, donde se consagraron campeones en la categoría Misiones Robóticas Senior, lograron su pase directo para enfrentar a los mejores equipos del mundo, representando a más de 95 países y culturas tecnológicas diversas.
Una joven promesa en una disciplina dominada históricamente por hombres
A pesar de su corta edad, Ashley Brazón está cursando el primer semestre de Ingeniería Mecatrónica, una carrera compleja y de alta demanda técnica que combina mecánica, electrónica, programación, automatización y robótica avanzada. Para esta joven, la decisión de estudiar ingeniería fue natural: desde niña le apasionaban la ciencia y los sistemas tecnológicos, pero fue en la adolescencia cuando descubrió la robótica competitiva y encontró una plataforma para desarrollar su potencial.
Sin embargo, Ashley no solo destaca por sus habilidades técnicas, sino por su compromiso con romper estereotipos. Ella misma reconoce que ser mujer en un ámbito tradicionalmente masculino implica desafíos adicionales, pero asegura que eso no la frena, sino que la impulsa aún más.
“Siento que ser mujer me da un impulso extra para continuar y ser un ejemplo para otras chicas que quieren entrar en este campo”, expresó la joven con firmeza.
Su mensaje se ha convertido en una inspiración para niñas y adolescentes interesadas en la ciencia, quienes ven en ella un modelo cercano y real de lo que pueden lograr con disciplina, estudio y oportunidades adecuadas.
Robótica de alto nivel: el reto que espera en Singapur
La Olimpiada Mundial de Robótica es el evento más importante del mundo en esta materia. Cada año, reúne a miles de jóvenes que aceptan desafíos tecnológicos cada vez más complejos. En la edición de 2025, el torneo se llevará a cabo en Singapur, uno de los países más avanzados en innovación tecnológica y robótica educativa.
El equipo venezolano competirá con robots construidos con kits Lego Spike y EV3, plataformas ampliamente utilizadas en competencias internacionales por su versatilidad. Sin embargo, lo realmente relevante no es la herramienta, sino lo que estos jóvenes han logrado hacer con ella.
Los robots diseñados por Ashley y sus compañeros están programados para ejecutar tareas autónomas, resolver misiones y simular procesos industriales. Uno de los retos más llamativos que deberán abordar es el ensamblaje de un cohete, que requiere precisión, control de movimientos, resolución lógica y adaptabilidad en tiempo real.
Cada acción del robot debe estar prevista mediante programación avanzada, sensores calibrados, módulos estructurales precisos y un profundo conocimiento del entorno de competencia.
Un logro individual que impulsa a la ingeniería venezolana
La clasificación de Ashley Brazón no solo representa un triunfo personal, sino un paso significativo para la ingeniería venezolana. En tiempos donde la migración y las limitaciones tecnológicas han afectado las capacidades educativas del país, jóvenes como ella demuestran que todavía existe un enorme potencial dentro de Venezuela.
Su participación valida el trabajo que algunas universidades y comunidades educativas continúan realizando para ofrecer oportunidades en áreas del futuro, como:
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robótica
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inteligencia artificial
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automatización
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sistemas ciberfísicos
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ingeniería aplicada
Además, su presencia en un evento mundial abre puertas para futuras colaboraciones, becas, pasantías internacionales y oportunidades de emprendimiento tecnológico para otros jóvenes venezolanos.
La UCAB también celebra este hito, pues marca un precedente que podría motivar la creación de nuevos laboratorios, alianzas internacionales y programas enfocados en la formación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Representar a Venezuela con excelencia
Ashley no oculta su emoción por el viaje a Singapur, una nación que ella describe como “un epicentro del futuro”. Cada día de preparación ha sido fundamental para llegar con confianza a la competencia. Su equipo entrena horas enteras afinando cada variable técnica, ajustando algoritmos, probando soluciones y simulando escenarios que podrían encontrar durante las misiones.
Al mismo tiempo, la joven reconoce que representar a Venezuela es una responsabilidad enorme, especialmente en un evento donde los países con mayor inversión tecnológica suelen dominar el podio. Pero lejos de sentirse intimidada, lo ve como una oportunidad para demostrar que el talento venezolano puede brillar en cualquier escenario.
Más allá del resultado final, su presencia ya es motivo de orgullo nacional: representa a una nueva generación que, a través del ingenio y la creatividad, busca posicionar a Venezuela en el mapa de la innovación mundial.
Un camino que apenas comienza
Ashley Brazón apenas inicia su carrera universitaria, pero ya forma parte de un capítulo importante del desarrollo tecnológico del país. Su historia demuestra que la pasión, el esfuerzo y el apoyo adecuado pueden transformar vidas y abrir caminos en disciplinas complejas e innovadoras.
La joven ingeniera tiene claro su objetivo: continuar preparándose, seguir compitiendo y abrir espacios para más niñas interesadas en carreras STEM. Mientras tanto, Venezuela la observa con orgullo, y el mundo se prepara para conocer su talento en Singapur.
