La economía venezolana, altamente dependiente de la renta petrolera, enfrenta un nuevo golpe: la caída de los precios internacionales del crudo está reduciendo el ingreso de divisas, exacerbando la escasez de dólares y sumando presión sobre la inflación. Con más del 75% de las divisas del país provenientes del petróleo, la tendencia a la baja del barril compromete la estabilidad cambiaria y eleva el riesgo de mayor devaluación en los próximos meses.
Un descenso del 15% en el precio del crudo Merey
El crudo Merey —principal referencia de exportación para Venezuela— promedió 59,6 dólares por barril en el primer semestre de 2025, una caída del 15% frente a los 69,9 dólares del mismo período de 2024. Aunque la producción aumentó, el ingreso neto de divisas no alcanza para cubrir la demanda interna de dólares, fundamental para sostener la paridad cambiaria y contener la inflación.
La situación se agrava porque buena parte de las ventas se realizan en mercados asiáticos con descuentos adicionales para sortear las sanciones de Estados Unidos. Esto reduce aún más el ingreso por cada barril exportado.
Factores globales que frenan el precio
La baja del petróleo se produce en un contexto internacional marcado por:
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Aumento de aranceles que desaceleran el comercio y la actividad económica global.
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Mayor oferta de crudo por parte de la OPEP+, que decidió elevar la producción pese a la debilidad de la demanda.
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Incertidumbre sobre la recuperación económica en Asia y Europa.
En este escenario, analistas no prevén un repunte significativo de los precios en lo que resta de 2025.
Impacto en la inflación y el tipo de cambio
La escasez de divisas ya se traduce en presión sobre el tipo de cambio paralelo y en una aceleración de los precios internos. Con menos dólares circulando, las empresas importadoras enfrentan mayores costos, que luego se trasladan al consumidor final.
De acuerdo con economistas locales, si el precio del petróleo se mantiene por debajo de los 60 dólares por barril y no se flexibilizan las sanciones, la inflación podría cerrar el año en niveles superiores al 200% anual.
El rol limitado de Chevron
Chevron, una de las pocas petroleras internacionales autorizadas a operar en el país, ha incrementado su producción desde el levantamiento parcial de sanciones en 2022. Sin embargo, su margen de acción sigue restringido por las condiciones de la nueva licencia otorgada por Washington, lo que limita su capacidad para compensar la caída de ingresos.