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La situación de los adultos mayores en Venezuela continúa generando preocupación entre expertos y organizaciones de la sociedad civil. Luis Francisco Cabezas, director general de la asociación civil Convite, advirtió recientemente que cerca de 400 mil personas mayores de 60 años viven solas en el país, una cifra que pone de manifiesto el grado de vulnerabilidad de esta población, especialmente en un contexto de crisis económica prolongada y migración masiva.
Durante una entrevista con Unión Radio, Cabezas explicó que Venezuela atraviesa una transición demográfica, con un envejecimiento progresivo de su población. Las estimaciones más recientes sitúan en 3,8 a 4 millones el número total de adultos mayores, lo que representa un reto para el sistema de protección social, que actualmente no ofrece cobertura suficiente para atender las necesidades de este grupo etario.
Un país que envejece sin políticas públicas robustas
Convite ha documentado que el envejecimiento de la población se ha acelerado en la última década, en parte por la disminución de la natalidad y por el éxodo de jóvenes y adultos en edad productiva. Esto ha dejado a muchos adultos mayores sin el acompañamiento familiar que tradicionalmente garantizaba su cuidado.
“Nos enfrentamos a una realidad donde miles de abuelos están solos, sin redes de apoyo, y con pensiones que no cubren ni una fracción de la canasta básica”, advirtió Cabezas.
Resultados del estudio de Convite: radiografía de la tercera edad en Venezuela
En marzo de 2024, Convite publicó un informe que analiza las condiciones de vida y salud de los adultos mayores. Para ello, realizaron una encuesta a 1.535 personas entre 60 y 80 años, recolectando información sobre empleo, ingresos, dependencia económica y acceso a servicios.
Entre los hallazgos más relevantes se encuentran:
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38 % de los adultos mayores continúa trabajando, lo que equivale a unas 579 personas de la muestra. Sin embargo, la mayoría de estos (aproximadamente 205 encuestados) se desempeña en el sector informal, realizando actividades como venta ambulante, servicios a domicilio o trabajos temporales.
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48 % depende económicamente de familiares, lo que refleja que gran parte de esta población no tiene autonomía financiera.
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27 % recibe remesas enviadas por hijos o nietos que han emigrado, lo que se ha convertido en un salvavidas para muchos hogares.
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8 % ha tenido que solicitar préstamos para cubrir necesidades básicas, una señal de la insuficiencia de los ingresos regulares.
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93 % reporta que sus gastos superan sus ingresos, y 846 personas dijeron necesitar al menos 100 dólares mensuales para poder vivir con dignidad.
Este panorama confirma que la pensión oficial, que equivale a pocos dólares al mes, es insuficiente para garantizar alimentación, medicinas y otros gastos esenciales.
Vivir en soledad: un factor de riesgo emocional y de salud
La cifra de 400 mil adultos mayores viviendo solos tiene profundas implicaciones sociales. Expertos en gerontología advierten que la soledad no solo incrementa el riesgo de depresión y ansiedad, sino que también se asocia con un mayor deterioro físico y cognitivo.
Sin compañía ni apoyo, estas personas enfrentan mayores obstáculos para acceder a controles médicos, adquirir medicinas o realizar gestiones básicas. La falta de programas comunitarios de asistencia agrava la situación, pues muchos adultos mayores quedan invisibilizados.
El reto de las políticas públicas y la solidaridad social
Convite ha insistido en la necesidad de que el Estado venezolano implemente políticas integrales de atención al adulto mayor, que incluyan pensiones ajustadas a la realidad económica, programas de acompañamiento comunitario, y servicios de salud geriátrica accesibles y de calidad.
Además, el informe recomienda promover iniciativas de redes vecinales y voluntariado, para que las comunidades puedan identificar y acompañar a las personas mayores que viven solas.
Luis Francisco Cabezas subrayó que garantizar el bienestar de este grupo es una responsabilidad compartida: “El envejecimiento es un proceso natural y todos llegaremos allí. Lo que hagamos hoy por ellos es lo que estaremos haciendo por nosotros mismos en el futuro”.
Hacia un país que valore y cuide a sus mayores
El llamado de Convite es también un llamado a la reflexión social. En un país donde la migración ha fragmentado a millones de familias, la solidaridad intergeneracional se vuelve fundamental para evitar que los adultos mayores queden en el abandono.
Barquisimeto y otras ciudades venezolanas ya cuentan con organizaciones comunitarias que han comenzado a ofrecer apoyo psicológico, asistencia alimentaria y actividades recreativas para personas de la tercera edad. Sin embargo, estas iniciativas necesitan mayor respaldo institucional para poder tener un impacto nacional.
