Crisis en las unidades de diálisis de Lara: pacientes renales denuncian ausencia total de nefrólogos y advierten graves riesgos para su salud

nefrologia notilara » pacientes renalesLa atención a los pacientes renales en el estado Lara atraviesa uno de sus momentos más delicados en los últimos años. Usuarios de las unidades de diálisis de la entidad han levantado su voz para denunciar una situación que califican de alarmante: la ausencia de médicos nefrólogos en centros donde este tipo de especialista es indispensable para garantizar tratamientos seguros y adecuados. De acuerdo con los testimonios, la atención médica en varias unidades está siendo asumida únicamente por médicos generales, una realidad que incrementa la preocupación entre quienes dependen de la diálisis para sobrevivir.

La denuncia fue realizada por Héctor Colmenares, representante de la Asociación de Pacientes Renales, quien explicó en entrevista radial que el problema no es aislado ni reciente, sino el resultado de un deterioro progresivo del sistema de salud pública, particularmente en áreas de alta complejidad como la nefrología. Según indicó, aunque en algunas unidades existen varios médicos adscritos, ninguno cumple con el perfil especializado que exige la atención de pacientes sometidos a tratamientos de diálisis.

Un tratamiento que exige alta especialización médica

La diálisis no es un procedimiento rutinario ni sencillo. Se trata de un tratamiento vital para personas con insuficiencia renal crónica, que sustituye de manera parcial la función de los riñones al eliminar toxinas y exceso de líquidos del organismo. Cualquier error en su aplicación puede generar complicaciones graves, desde infecciones y descompensaciones metabólicas hasta consecuencias potencialmente mortales.

Colmenares explicó que la ausencia de nefrólogos representa un riesgo directo para la vida de los pacientes. “En la unidad podemos tener cinco médicos, pero ninguno cumple con lo que debe hacer un nefrólogo en una unidad de diálisis. Lo que hay son médicos generales, y eso no es suficiente para atender adecuadamente este tipo de tratamiento”, afirmó.

Aunque los médicos generales pueden cumplir funciones de apoyo y seguimiento básico, el manejo integral del paciente renal requiere conocimientos especializados en nefrología, especialmente para ajustar parámetros de diálisis, manejar emergencias asociadas al tratamiento y evaluar la evolución clínica de cada paciente.

Bajos salarios y diáspora médica: el origen del problema

De acuerdo con la Asociación de Pacientes Renales, la raíz de esta crisis está directamente vinculada a las precarias condiciones laborales y salariales del personal de salud en el sistema público. Colmenares señaló que muchos nefrólogos han abandonado sus cargos o han optado por emigrar debido a la imposibilidad de sostenerse económicamente con los ingresos que perciben en hospitales y unidades adscritas al Estado.

La diáspora médica ha afectado de manera particular a las especialidades más complejas y exigentes. En el caso de la nefrología, se trata de una disciplina que requiere años de formación, actualización constante y una alta carga de responsabilidad. Sin embargo, estas exigencias no se ven reflejadas en mejores condiciones laborales, lo que ha generado un vacío progresivo de especialistas en áreas críticas.

“El sistema público no ofrece incentivos reales para que un nefrólogo se quede. Muchos han renunciado o se han ido del país porque el salario no alcanza ni siquiera para cubrir necesidades básicas”, explicó el vocero.

Pacientes en estado de vulnerabilidad permanente

La falta de especialistas coloca a los pacientes renales en una situación de vulnerabilidad constante. Muchos de ellos deben acudir a sesiones de diálisis varias veces por semana, dependiendo totalmente del funcionamiento adecuado de las unidades y del acompañamiento médico especializado.

Para estos pacientes, cualquier falla en el sistema —ya sea por falta de personal, equipos dañados o insumos insuficientes— puede tener consecuencias inmediatas. La incertidumbre sobre quién supervisa su tratamiento genera ansiedad, estrés y temor entre quienes ya enfrentan una condición de salud crónica.

“Nosotros no podemos darnos el lujo de que algo falle. La diálisis no se puede suspender ni improvisar”, comentó uno de los pacientes consultados por la asociación, quien prefirió no ser identificado.

Unidades de diálisis bajo presión constante

A la ausencia de nefrólogos se suman otros problemas estructurales que agravan la situación en Lara. Pacientes y representantes han denunciado en distintas oportunidades fallas eléctricas, interrupciones en el suministro de agua, escasez de insumos médicos y equipos con mantenimiento deficiente.

Aunque el foco principal de la denuncia actual es la falta de especialistas, los pacientes insisten en que el problema es sistémico. “No se trata solo de médicos, es todo un conjunto de carencias que hacen que el tratamiento sea cada vez más precario”, afirmó Colmenares.

La sobrecarga de los médicos generales también es un factor de preocupación. Al no contar con nefrólogos, estos profesionales deben asumir responsabilidades para las cuales no siempre están formados, lo que incrementa el riesgo de errores involuntarios y deteriora la calidad del servicio.

Llamado urgente al Ministerio de Salud

Ante este panorama, la Asociación de Pacientes Renales elevó una solicitud urgente al Ministerio del Poder Popular para la Salud, instando a las autoridades a tomar medidas inmediatas para atender la crisis. Entre las propuestas planteadas, Colmenares destacó la necesidad de gestionar acuerdos con países de la región para el intercambio o adquisición de máquinas de diálisis, con el fin de garantizar la continuidad del tratamiento y mejorar las condiciones de atención.

Si bien la solicitud se centra en la dotación de equipos, los pacientes consideran que esta medida debe ir acompañada de un plan integral que incluya la recuperación del recurso humano especializado. Sin nefrólogos, advierten, incluso las mejores máquinas resultan insuficientes.

“Necesitamos equipos, pero también necesitamos médicos especialistas. Una cosa no funciona sin la otra”, subrayó el representante gremial.

Impacto social y humano de la crisis renal

La situación que enfrentan los pacientes renales en Lara trasciende el ámbito sanitario y se convierte en un problema social de gran magnitud. Muchos de los afectados son personas de bajos recursos que dependen exclusivamente del sistema público de salud para acceder a la diálisis, un tratamiento que en el sector privado resulta impagable para la mayoría.

La angustia se extiende también a las familias, que ven cómo sus seres queridos enfrentan una enfermedad crónica en condiciones cada vez más precarias. El temor a una complicación mal atendida o a la suspensión del tratamiento es una constante en su día a día.

“Vivimos con miedo. Cada sesión es una incertidumbre”, expresó una familiar de un paciente renal que asiste a una unidad pública en Barquisimeto.

La nefrología, una especialidad en riesgo

El caso de Lara refleja una realidad más amplia que afecta a otras regiones del país: la escasez de especialistas en nefrología amenaza con debilitar aún más la atención a los pacientes renales en Venezuela. Sin políticas claras para retener talento médico y mejorar las condiciones laborales, el déficit podría profundizarse en los próximos años.

Expertos señalan que revertir esta situación requiere decisiones estructurales, como la revisión de escalas salariales, la creación de incentivos para especialistas y la inversión sostenida en infraestructura sanitaria. De lo contrario, el sistema seguirá dependiendo de soluciones improvisadas que no garantizan la seguridad del paciente.

Una exigencia por el derecho a la salud

Para los pacientes renales de Lara, la denuncia no busca generar alarma innecesaria, sino visibilizar una problemática que afecta directamente su derecho a la salud y a la vida. La ausencia de nefrólogos en unidades de diálisis no es solo una falla administrativa, sino una amenaza real que requiere atención inmediata.

“Nosotros no estamos pidiendo lujos, estamos pidiendo lo mínimo para sobrevivir”, concluyó Colmenares, reiterando el llamado a las autoridades nacionales para que actúen con urgencia y eviten que la crisis se profundice.

Mientras no se implementen soluciones concretas, los pacientes renales del estado Lara seguirán enfrentando su tratamiento con incertidumbre, esperando que el sistema de salud responda a una necesidad que no admite retrasos.

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