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Los incendios forestales siguen generando preocupación en el municipio Iribarren del estado Lara. Aunque solo algunas zonas de las parroquias Santa Rosa y Concepción, especialmente aquellas ubicadas cerca del río Turbio, han estado bajo alerta constante, el Cuerpo de Bomberos de Barquisimeto advierte que cuatro parroquias están actualmente en riesgo alto de propagación de fuego: Cují, Tamaca, Santa Rosa y Concepción.
Estas zonas, de acuerdo con el coronel Víctor Montero, director del cuerpo bomberil de la ciudad, reúnen características que las hacen especialmente vulnerables: amplias extensiones de maleza seca, altas temperaturas, escasez de lluvias y fuertes vientos que favorecen la rápida expansión de las llamas.
“En lo que va de semana hemos atendido al menos siete incendios forestales. La mayoría de ellos se han originado por las condiciones climáticas extremas, pero también por la quema irresponsable de desechos y pastizales”, explicó Montero.
Barquisimeto enfrenta una ola de calor que agrava el riesgo de incendios
Durante los últimos días, el termómetro en Barquisimeto ha alcanzado temperaturas superiores a los 36°C, lo que ha provocado un incremento notable en la sequedad del suelo y de la vegetación. Según reportes del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh), Lara se encuentra entre los estados con mayor índice de riesgo de incendios forestales durante esta temporada.
Las parroquias Cují y Tamaca, ubicadas al norte de la capital larense, presentan terrenos áridos y con escasa cobertura vegetal, lo que convierte a la zona en un foco de ignición natural. En el caso de Santa Rosa y Concepción, la cercanía al río Turbio crea un ecosistema mixto donde la acumulación de basura y maleza seca potencia el peligro.
Montero señaló que la mayoría de los siniestros son controlados gracias a la rápida actuación de los bomberos municipales y voluntarios, pero advirtió que la magnitud del humo y la extensión de las llamas podrían aumentar si no se adoptan medidas preventivas inmediatas.
Vecinos afectados por el humo y la contaminación
Los habitantes de sectores como Santo Domingo, Santa Bárbara, Macuto, Cuesta Lara, Cruz del Sur y la calle 38 y 48 han manifestado sentirse afectados por la intensa humareda que cubre sus comunidades durante las noches.
“Esta semana hemos tenido hasta cuatro incendios en Santo Domingo. El humo penetra en nuestras casas, es imposible respirar, terminamos con crisis asmáticas y tos constante”, relató Onésimo Pérez, residente del sector.
La exposición prolongada al humo, especialmente en zonas densamente pobladas, ha incrementado los casos de enfermedades respiratorias, según reportes de los ambulatorios cercanos. Niños, adultos mayores y personas con condiciones crónicas son los más vulnerables.
La OMS advierte sobre los efectos de la contaminación del aire
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 99% de la población mundial respira aire que supera los niveles de contaminación considerados seguros. En su más reciente informe, la institución alertó que la exposición continua a partículas finas provenientes de incendios o quema de basura puede provocar accidentes cerebrovasculares, infartos, cáncer de pulmón, bronquitis y enfermedades respiratorias agudas.
La doctora Luisana Herrera, médico internista barquisimetana, explicó que el aire cargado de humo puede generar daños tanto a corto como a largo plazo.
“La inhalación de humo forestal causa irritación en los ojos, garganta y nariz. Pero si la exposición persiste, puede inflamar las vías respiratorias bajas y derivar en bronquitis o crisis asmáticas. Incluso puede afectar el sistema cardiovascular, elevando la presión arterial y aumentando el riesgo de infartos y derrames cerebrales”, señaló la especialista.
Herrera también recomendó a las personas que padecen enfermedades cardíacas, respiratorias o hipertensión evitar salir de casa durante los episodios de humo intenso y usar mascarillas con filtros si deben hacerlo.
El llamado de los bomberos: prevenir antes que apagar
El Cuerpo de Bomberos de Barquisimeto reitera el llamado a la comunidad a evitar cualquier tipo de quema al aire libre, ya sea de basura, maleza o escombros. Estas prácticas, además de ilegales, son responsables de un alto porcentaje de los incendios registrados en el municipio.
Montero insistió en que los ciudadanos deben reportar de inmediato cualquier columna de humo o actividad sospechosa a los números de emergencia municipales. “Nuestro trabajo se multiplica cuando la comunidad participa. La prevención es la herramienta más efectiva para evitar pérdidas materiales y daños a la salud pública”, destacó.
Asimismo, recomendó mantener los terrenos limpios de vegetación seca, evitar arrojar colillas de cigarro en zonas verdes y no dejar fogatas encendidas en áreas rurales.
Consecuencias ambientales y sociales
Los incendios forestales no solo destruyen la vegetación y la fauna local, sino que también afectan la calidad del suelo, disminuyen la capacidad de los ecosistemas para retener agua y agravan el fenómeno del cambio climático.
El río Turbio, que atraviesa parte de las parroquias afectadas, también corre riesgo de contaminación por las cenizas y residuos que se arrastran hasta su cauce. Esto podría afectar la calidad del agua que llega a zonas agrícolas y residenciales.
De mantenerse el actual ritmo de incendios, expertos ambientales advierten que Barquisimeto podría enfrentar una pérdida significativa de biodiversidad local, además de un deterioro de la calidad del aire en toda la zona metropolitana.
El incremento de incendios forestales en Cují, Tamaca, Santa Rosa y Concepción refleja la urgencia de aplicar políticas integrales que incluyan educación ambiental, monitoreo satelital y campañas de prevención. Mientras tanto, los cuerpos de seguridad y los vecinos continúan enfrentando las consecuencias inmediatas de un problema que amenaza tanto la salud pública como el equilibrio ecológico del municipio Iribarren.
La invitación de las autoridades es clara: no provocar incendios forestales, mantener los espacios limpios y colaborar con los organismos de emergencia. Solo con el esfuerzo conjunto de la comunidad y el Estado será posible reducir los riesgos y proteger el entorno natural de Barquisimeto.
