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santos venezolanos | La canonización del Doctor José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles continúa generando júbilo en toda Venezuela, y especialmente en el estado Lara, donde la fe popular se ha desbordado en templos y comunidades. Este domingo, la iglesia Nuestra Señora de Altagracia en Barquisimeto fue el escenario de una misa de acción de gracias presidida por Monseñor Polito Rodríguez, arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto, quien instó a los venezolanos a seguir el ejemplo de los nuevos santos como referentes de justicia social, servicio y dignidad humana.
La celebración litúrgica reunió a cientos de feligreses que llenaron por completo el templo, muchos de ellos permaneciendo de pie en los pasillos, en un ambiente de profunda devoción. En el altar, como símbolo de bendición y orgullo nacional, se encontraba la reliquia de San José Gregorio Hernández, adornada con flores amarillas y blancas, evocando la pureza y la esperanza que caracterizan la fe del pueblo venezolano.
Fe y justicia social: el mensaje central del arzobispo larense
Durante su homilía, Monseñor Polito Rodríguez destacó que la vida de los nuevos santos venezolanos debe inspirar a todos los ciudadanos a vivir con sentido de justicia social, servicio desinteresado y amor al prójimo, valores que hoy considera fundamentales para reconstruir el tejido moral y espiritual del país.
“Amamos a estos santos porque fueron ejemplos vivos de justicia, porque salieron de sí mismos para entregarse a los demás”, expresó con emoción. “Nuestra sociedad necesita formar conciencia, preparar a las nuevas generaciones para servir, para vivir con fe, honestidad y compromiso”.
El prelado recordó que tanto José Gregorio Hernández como la Madre Carmen Rendiles dedicaron su vida al servicio de los más necesitados, convirtiéndose en modelos de una santidad accesible, cercana, que florece en medio de las dificultades cotidianas.
“Ellos no nacieron en catedrales ni en palacios, sino en hogares humildes. Y desde allí, con fe, oración y trabajo, alcanzaron la santidad. Eso nos demuestra que todos, sin excepción, podemos ser instrumentos del amor de Dios”, dijo Rodríguez.
La dignidad humana, una tarea pendiente
El arzobispo también hizo un llamado a reflexionar sobre la dignidad de la vida humana, un principio que, según explicó, debe expresarse a través de la fe, la justicia social y la sensibilidad hacia los demás.
“Vivimos en una sociedad donde la indiferencia se ha vuelto costumbre. Pero la enseñanza de nuestros santos nos llama a lo contrario: a mirar al otro, a servir con amor, a tender la mano sin esperar recompensa”, expresó.
Monseñor Polito advirtió que la humanidad corre el riesgo de empobrecerse espiritualmente si pierde la capacidad de servir. “Cuando dejamos de sentir compasión, cuando olvidamos orar, cuando no escuchamos al que sufre, nos volvemos más pobres, aunque tengamos bienes materiales”, señaló, insistiendo en que la verdadera riqueza nace del corazón solidario y del servicio desinteresado.
Una misa desbordada de fe, color y orgullo nacional
La misa en honor a los nuevos santos venezolanos fue una fiesta espiritual cargada de fervor patriótico y religioso. El templo, colmado de fieles de todas las edades, se llenó de cantos, oraciones y lágrimas de gratitud.
Al finalizar la liturgia, los presentes entonaron con emoción el Himno Nacional, símbolo de orgullo y unión, en un gesto que mezcló la fe con el amor por Venezuela.
Los organizadores destacaron la participación de representantes de comunidades parroquiales de todo el estado Lara, congregaciones religiosas, grupos juveniles y movimientos laicos que acudieron para agradecer por la canonización de los primeros santos nacidos en suelo venezolano.
Santos venezolanos: un símbolo de esperanza y renovación
En su mensaje final, Monseñor Polito Rodríguez resaltó que la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles representa un símbolo de esperanza y renovación espiritual para una nación que atraviesa grandes desafíos.
“Este país necesita mucho de nosotros. Necesita de nuestra responsabilidad, de nuestro compromiso con los estudios, el trabajo y la excelencia como buenos cristianos. Ser santos no significa ser perfectos, sino hacer el bien en cada pequeña acción cotidiana”, afirmó.
El arzobispo invitó a los venezolanos a mirar a estos nuevos santos como modelos de vida ciudadana, personas que supieron combinar la fe con la acción, la espiritualidad con el servicio, el amor con la justicia.
“Ellos nos enseñan que la santidad no es un premio, sino una tarea diaria. Que podemos construir un país mejor si comenzamos por servir, por ser honestos, por respetar la vida y por trabajar con amor”, agregó.
Nuevas parroquias y templos en honor a los santos venezolanos
Como muestra del creciente fervor que ha despertado la canonización, Monseñor Rodríguez informó que recientemente fueron creadas dos nuevas parroquias en la Arquidiócesis de Barquisimeto: una en la comunidad de Agua Viva, dedicada al Doctor José Gregorio Hernández, y otra en la población de Pavia, en honor a la Madre Carmen Rendiles.
Además, se estudia la posibilidad de que la iglesia Nuestra Señora de Altagracia sea elevada a la categoría de santuario arquidiocesano, al resguardar en su interior la reliquia de San José Gregorio Hernández.
El templo podría ser remodelado para recibir a más devotos y peregrinos, convirtiéndose en un punto de referencia espiritual para todo el occidente del país.
Gran misa arquidiocesana en el Estadio Metropolitano de Cabudare
Como parte de las celebraciones oficiales, el arzobispo anunció una gran misa arquidiocesana para el próximo 26 de octubre, a partir de las 7:00 a.m., en el Estadio Metropolitano de Cabudare.
El evento promete reunir a miles de fieles en una eucaristía multitudinaria donde se elevarán oraciones de acción de gracias por este acontecimiento histórico para la Iglesia venezolana.
“Damos gracias a Dios por este regalo y esta gran bendición que llega desde el Vaticano. Esperamos que esta alegría espiritual nos impulse a seguir adelante, a construir una Venezuela más justa, fraterna y llena de fe”, concluyó el arzobispo.
Fe, justicia y esperanza: un mensaje para toda Venezuela
El llamado de Monseñor Polito Rodríguez resuena más allá de los muros del templo: la santidad no es solo para los altares, sino para la vida diaria. Inspirados por José Gregorio y Carmen Rendiles, los larenses se preparan para seguir su legado de servicio, humildad y amor por los demás.
En tiempos donde la desesperanza parece ganar terreno, la Iglesia venezolana ofrece un recordatorio poderoso: la fe, la justicia social y la solidaridad siguen siendo los pilares que pueden transformar una nación.
