Notilara
El dolor, la indignación y la impotencia se transformaron en acción ciudadana. Decenas de dueños de mascotas, proteccionistas y activistas por los derechos de los animales se reunieron este sábado 18 de octubre en Barquisimeto, estado Lara, para exigir justicia ante la creciente ola de envenenamientos de perros y gatos que viene azotando distintas comunidades de la capital larense.
Con pancartas, fotografías de sus mascotas y un clamor unánime —“No más impunidad”—, los manifestantes se concentraron para denunciar que las muertes de animales domésticos no son hechos aislados, sino parte de un patrón de crueldad sistemática, que sigue ocurriendo ante la inacción de las autoridades competentes.
Patarata en alerta: el caso de Nevada, símbolo del dolor y la exigencia de justicia
La indignación tomó fuerza tras el caso de Nevada, una perrita mestiza que murió tras ser envenenada dentro de su propio conjunto residencial cerrado en Patarata. Su historia conmocionó a vecinos, organizaciones protectoras y a la comunidad digital, generando un movimiento ciudadano que busca que este crimen no quede impune.
Sus dueños, María Verónica Romero y Luis Miguel Rodríguez, relataron entre lágrimas cómo su mascota fue víctima de un acto deliberado. “El envenenamiento de mascotas se ha vuelto frecuente este último mes en la zona”, aseguró Romero, quien también denunció la falta de respuesta oficial por parte de los organismos encargados.
“Se han hecho las investigaciones pertinentes, pero no se nos ha dado una respuesta. La División Ambiental dice que nosotros no somos los afectados directamente, sino el Estado, porque el veneno afecta la flora y la fauna. Eso nos deja sin voz ante la justicia”, lamentó Romero.
Esa interpretación legal —que clasifica el delito únicamente como un daño ambiental— deja a los dueños sin condición de víctimas directas, dificultando la presentación de denuncias y la búsqueda de sanciones efectivas.
Un crimen que trasciende lo animal: peligro para la salud pública
El caso de Nevada no solo evidenció la crueldad hacia los animales, sino también el riesgo que implica para las personas. Las sustancias tóxicas usadas en los envenenamientos pueden causar daños graves en humanos.
Romero relató que, tras cargar el cuerpo de su perrita, ella y su pareja también sufrieron intoxicación. “Tuvimos que ir a la clínica, tenemos informes médicos y veterinarios. Ese veneno no solo mata animales, también pone en peligro a los vecinos y niños que juegan en los jardines”, explicó.
El uso de pesticidas prohibidos, venenos para ratas y otras sustancias altamente tóxicas convierte este tipo de actos en delitos contra la salud pública. En comunidades cerradas, parques y plazas de Barquisimeto, el uso indiscriminado de estos productos podría provocar una emergencia ambiental y sanitaria si no se controla a tiempo.
Por ello, los proteccionistas insisten en que la Fiscalía y los cuerpos de seguridad deben tratar estos hechos como crímenes graves, con sanciones ejemplares.
Campo Verde: el dolor de los rescatistas ante la crueldad y la indiferencia
El oeste de Barquisimeto tampoco escapa de esta ola de violencia. En la comunidad de Campo Verde, la proteccionista Neriuska Angulo, miembro de la Fundación Guardián, denuncia que ha perdido al menos siete gatos rescatados por envenenamiento en las últimas semanas.
“Aquí vienen y colocan veneno sin importar si los animales son comunitarios o tienen dueño. Los animalitos sufren mucho. Es terrible verlos agonizar y no poder hacer nada”, contó con tristeza.
Angulo advierte que la situación se agrava por la sobrepoblación de animales abandonados y la falta de campañas de esterilización. “No existen animales callejeros, existen dueños irresponsables. Todo comienza cuando alguien no esteriliza una camada no deseada y termina soltando a esos cachorros a su suerte”, dijo.
Esta falta de control poblacional genera un entorno donde la crueldad prospera, especialmente en zonas residenciales donde algunos vecinos optan por “soluciones rápidas” en lugar de buscar apoyo veterinario o de organizaciones protectoras.
“No queremos venganza, queremos leyes que se cumplan”
El movimiento animalista en Lara ha crecido notablemente en los últimos años, pero los casos de maltrato, abandono y envenenamiento siguen sin recibir una respuesta judicial contundente.
Durante la concentración, los activistas exigieron a la Fiscalía del estado Lara, a la Policía Ambiental y a la Defensoría del Pueblo que se aboquen a la investigación de estos hechos. “Queremos justicia, queremos leyes que se apliquen. No se trata solo de proteger animales, sino de proteger la vida en todas sus formas”, expresó una vocera de la Fundación Huellas del Alma.
El Código Penal venezolano, junto a la Ley para la Protección de la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio, contempla sanciones para el maltrato animal, pero los denunciantes aseguran que la impunidad sigue siendo la norma.
“Si no hay consecuencias, la gente lo seguirá haciendo. Necesitamos que alguien pague por esto. Que se impute a los responsables y que las penas sean ejemplares”, insistió María Verónica Romero, la dueña de Nevada.
Educación, esterilización y conciencia: el otro frente de la lucha
Más allá de las exigencias legales, las organizaciones protectoras también plantean soluciones preventivas. Neriuska Angulo y otros rescatistas proponen la realización de jornadas masivas de esterilización en barrios y urbanizaciones de Barquisimeto, así como campañas educativas en escuelas y comunidades.
Además, piden apoyo institucional para crear protocolos de acción ante casos de envenenamiento, que incluyan recolección segura de pruebas, atención veterinaria inmediata y sanción efectiva a los responsables.
También exigen medidas contra prácticas crueles como los rituales con animales, que aún ocurren en zonas rurales del estado Lara. “No podemos seguir normalizando la violencia hacia los animales. Es un reflejo de lo enferma que está nuestra sociedad”, afirmó Angulo.
Una comunidad unida por el amor y la justicia
El dolor de quienes han perdido a sus mascotas se ha transformado en un llamado a la acción. En redes sociales, la etiqueta #JusticiaParaNevada se ha viralizado en Lara, generando apoyo de figuras públicas, veterinarios y ciudadanos que exigen un cambio real.
La comunidad espera que el caso de Nevada se convierta en un precedente legal y moral, un punto de inflexión que obligue a las autoridades a tomar en serio los delitos de maltrato y envenenamiento animal.
“Ellos no pueden hablar, pero nosotros sí”, expresó uno de los manifestantes. “Las mascotas son parte de nuestras familias. Merecen respeto, protección y justicia”.
