Después de 13 años de puertas cerradas, el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (HCUAMP) de Barquisimeto vuelve a encender una luz decisiva en la lucha contra el cáncer. Este miércoles quedó oficialmente reactivada la Sala de Radioterapia «Dr. José Gregorio Hernández», un hito sanitario largamente esperado en el occidente del país y que promete transformar la atención de cientos de pacientes oncológicos que durante más de una década debieron trasladarse a otras regiones o recurrir a costosos tratamientos privados.
La reapertura fue encabezada por el gobernador del estado Lara, Luis Reyes Reyes, quien destacó que este avance representa no solo un logro institucional, sino una respuesta urgente a un drama humano que ha marcado la vida de miles de familias. “Hoy nos encontramos en el servicio de oncología del Hospital Antonio María Pineda dando inicio a la operatividad del equipamiento para ofrecer radioterapia. Por fin este servicio vuelve a funcionar”, afirmó el mandatario, visiblemente emocionado.
Su declaración hace referencia a una realidad dura: durante años, pacientes con diagnósticos de cáncer debieron peregrinar entre centros médicos, fundaciones y órganos públicos con informes en mano, buscando con desesperación quién pudiera financiar o facilitarles sesiones de radioterapia, un tratamiento que es vital en la mayoría de los tipos de tumores. La reactivación de este servicio no solo alivia esa carga, sino que reconstruye una capacidad hospitalaria esencial para la región.
Un renacimiento tecnológico al servicio de los pacientes
El Gobernador explicó que la reapertura no se limitó a la restauración de espacios, sino que incluyó la puesta a punto de equipos de última generación. “Ya pasamos las pruebas iniciales de calibración del equipo. Tenemos tecnología de punta; los especialistas nos aseguraron que actualmente no existe en el estado un equipo con esta capacidad”, sostuvo Reyes Reyes.
El primer paciente ya fue atendido durante las pruebas finales del sistema: un caso de tumor cerebral que marca simbólicamente el reinicio de una etapa más humana y cercana para la atención oncológica en Lara. Este primer procedimiento demuestra que el servicio no solo está activo, sino en disposición técnica y operativa de recibir a más pacientes en los próximos días.
Según el plan inmediato, el servicio incrementará progresivamente su capacidad hasta atender 40 pacientes diarios, alcanzando niveles de funcionamiento comparables con los principales centros de radioterapia del país.
Formación especializada y ampliación del personal
Reyes Reyes subrayó que poner en marcha este servicio exige un equipo altamente calificado. “No cualquiera puede estar aquí. Necesitamos técnicos radiólogos, físicos médicos y profesionales especializados en el manejo de equipos de radioterapia”, afirmó.
Actualmente, un grupo de jóvenes técnicos y especialistas se encuentra en capacitación continua para asumir el manejo integral del área. El objetivo es no solo garantizar la calidad del tratamiento, sino asegurar operaciones seguras, precisas y sostenidas en el tiempo.
La gobernación también anunció que se buscará incrementar el personal para habilitar dos turnos diarios —mañana y tarde— con la meta de duplicar la capacidad de atención. Incluso se contempla la posibilidad de rehabilitar el antiguo acelerador lineal del hospital, lo que permitiría ampliar el número de tratamientos disponibles y reducir aún más los tiempos de espera.
Una reapertura con impacto humano y regional
La puesta en funcionamiento de la Sala de Radioterapia representa un antes y un después para los estados del occidente venezolano. Pacientes de Lara, Yaracuy, Portuguesa, Trujillo y zonas aledañas podrán acceder nuevamente a este tratamiento sin enfrentar los desplazamientos prolongados que, en muchos casos, terminaban retrasando o incluso impidiendo el abordaje adecuado de la enfermedad.
La ausencia del servicio durante 13 años trajo consecuencias directas: tratamiento incompleto en muchos casos, aumento de gastos familiares, interrupciones terapéuticas por falta de recursos y un desgaste emocional profundo en quienes luchan contra enfermedades que avanzan sin tregua.
Expertos consultados destacan que la reactivación de una unidad de radioterapia no solo implica una mejoría en la capacidad operativa del hospital, sino un impacto positivo en la supervivencia de los pacientes. Estudios internacionales señalan que entre 50 % y 60 % de las personas diagnosticadas con cáncer requieren radioterapia como parte de su tratamiento, ya sea para curar, reducir tumores, controlar síntomas o aliviar el dolor.
Un paso crucial hacia la dignificación del paciente oncológico
La reapertura de esta sala no es únicamente un hito médico o político: es un acto profundamente humano. Significa regresar esperanza, dignidad y acompañamiento a quienes enfrentan una de las batallas más duras de la vida. Significa también que la salud pública, en este caso, está dando un giro hacia la recuperación de capacidades críticas que no pueden faltar en un sistema sanitario moderno.
“Era necesario y urgente poner en marcha este servicio”, insistió el Gobernador. Su afirmación resume el sentimiento de médicos, pacientes y familiares que durante años esperaron este anuncio.
El reto ahora será mantener la operatividad, ampliar el acceso y garantizar que cada paciente reciba tratamientos oportunos y de calidad. Con esta reapertura, el Hospital Central Antonio María Pineda recupera una pieza clave de su misión médica, devolviendo a la región una herramienta indispensable en la lucha contra el cáncer.
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