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La Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) publicó un gráfico que revela el colapso del salario universitario en Venezuela, mostrando cómo los ingresos del personal docente han perdido casi todo su poder adquisitivo entre octubre de 2022 y una proyección crítica para octubre de 2025.
Según el estudio, un profesor titular con dedicación exclusiva percibiría apenas $2,70 mensuales para octubre de 2025, mientras que un instructor ganaría $1,66.
La organización gremial difundió estos datos a través de sus canales oficiales, incluida la red social X, acompañándolos de un mensaje que denuncia el “deterioro sin precedentes del salario universitario”, lo que, según advierten, pone en riesgo la continuidad del sistema público de educación superior.
Crisis salarial y sus efectos en el sistema universitario
El gráfico difundido por la APUCV evidencia una caída sostenida de las remuneraciones docentes, reflejando un salario que ha pasado de ser modesto a simbólico.
La organización académica sostiene que esta situación ha convertido al trabajo universitario en una actividad de subsistencia, obligando a muchos docentes a buscar fuentes de ingreso alternas o emigrar.
Principales consecuencias señaladas por la APUCV:
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Éxodo de talento académico: La pérdida de valor salarial impulsa la salida masiva de profesores, investigadores y técnicos especializados.
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Ausencia de relevo profesional: Con sueldos de menos de tres dólares, la docencia universitaria deja de ser una opción viable para los jóvenes profesionales.
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Vulneración de derechos laborales: La política de “desalarización” —sustituir aumentos de sueldo por bonos no salariales— impide el cálculo justo de prestaciones sociales y jubilaciones.
“Los salarios han perdido toda capacidad de sostener la vida académica. La universidad pública enfrenta un colapso estructural sin precedentes”, advirtió la APUCV en su comunicado.
Impacto institucional
La asociación gremial subraya que esta crisis no solo afecta a los docentes, sino también a la calidad de la enseñanza, la investigación y la autonomía universitaria.
Con ingresos insuficientes para cubrir necesidades básicas, el personal se ve forzado a reducir su presencia en los campus, lo que disminuye la oferta académica y la actividad científica en instituciones clave como la UCV, LUZ, ULA y UC.
