Notilara
El estado Zulia amaneció envuelto en un profundo sentimiento de devoción, identidad y orgullo espiritual para conmemorar, este 18 de noviembre, el 276° aniversario del milagroso hallazgo de la tablita con la imagen de la Virgen de Chiquinquirá, cariñosamente venerada como «La Chinita». Esta festividad, considerada una de las más emblemáticas de Venezuela, transforma cada año a Maracaibo en el epicentro de la fe mariana del país, reuniendo a miles de feligreses que acuden para renovar sus promesas, agradecer favores concedidos y celebrar una tradición que ha unido a generaciones durante casi tres siglos.
Desde la madrugada, la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá abrió sus puertas para recibir a los devotos que, entre oraciones, cantos gaiteros y gestos de fervor, acompañaron la primera misa celebrada a medianoche. Posteriormente, se llevaron a cabo diversas celebraciones eucarísticas de manera continua hasta las 10:00 de la mañana, preparando el ambiente espiritual para los actos centrales de la tarde, donde la participación masiva se hace sentir en cada rincón del templo y sus alrededores.
A las 4:00 p.m. se rezó el Santo Rosario, uno de los momentos más emotivos del programa, seguido por la Solemne Eucaristía en honor a la Virgen de Chiquinquirá a las 5:00 p.m. Esta misa, presidida por el Arzobispo de Maracaibo, Mons. José Luis Azuaje, convocó a representantes del clero local, autoridades eclesiásticas de otras diócesis del país y una multitud de fieles que llenaron la explanada de la Basílica. Durante esta celebración se llevó a cabo la consagración del pueblo zuliano a la protección maternal de «La Chinita», un acto que simboliza la entrega espiritual del Zulia a su Patrona y que reafirma el profundo vínculo que desde siglos sostiene a esta región con la Virgen.
El párroco de la Basílica, padre Nedward Andrade, recordó que este año las festividades buscan fortalecer no solo la devoción a la Virgen de Chiquinquirá, sino también destacar la importancia de los primeros santos venezolanos recientemente canonizados: el Dr. José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles. Esto, según explicó, representa un llamado a la renovación espiritual, la solidaridad comunitaria y el ejemplo de vida cristiana que ambos santos representan para el país.
La historia del milagro de «La Chinita» sigue viva en la memoria colectiva de los zulianos. Según la narración más difundida, el suceso tuvo lugar la madrugada del 18 de noviembre de 1709, cuando una humilde mujer marabina, conocida como la “Lavandera”, realizaba su faena en las orillas del Lago de Maracaibo. Fue entonces cuando halló una pequeña tablita flotando entre las aguas, que inicialmente utilizó como tapa para una tinaja. Con el tiempo, la tablita empezó a oscurecerse y, al intentar limpiarla, la mujer descubrió que revelaba una imagen religiosa. Poco después comenzó a escuchar golpes y ver destellos de luz provenientes del lugar donde colocó la tablita, confirmando así el milagro que daría inicio a una tradición que perdura más de dos siglos y medio después.
Hoy, con el paso del tiempo, la devoción hacia la Virgen de Chiquinquirá continúa creciendo. La celebración no se limita al ámbito religioso, sino que se extiende a expresiones culturales que honran la identidad zuliana: gaitas, procesiones, encuentros comunitarios y actividades que reafirman el sentimiento de pertenencia a una región conocida por su profunda fe mariana. Familias enteras se reúnen para vivir la festividad, mientras promeseros, grupos musicales, cofradías, servidores y visitantes nacionales e internacionales se suman a una conmemoración que trasciende fronteras.
El aniversario 276 del milagro reafirma a «La Chinita» como un símbolo espiritual indiscutible, cuya presencia en la vida del pueblo zuliano fortalece la esperanza, la unidad y el amor por las tradiciones que han marcado la historia de esta tierra. Entre plegarias y agradecimientos, el Zulia celebra una vez más a su Madre protectora, segura de que su luz seguirá guiando a generaciones futuras.
